En el orden de las invenciones culturales, así como en el de la existencia humana, todo empieza más de una vez, contra el mito del origen absoluto, de la fuente única. El psicoanálisis también. En este texto “El psicoanálisis de nuevo. Elementos para la deconstrucción del psicoanálisis tradicional” ya no se trata de “crisis”, de fantasmas de muerte o de continuidad fiel a un punto de partida absoluto: se trata del acontecimiento de volver a empezar (con) el psicoanálisis. Para ello, se abre una multiplicidad de caminos: nuevas configuraciones de las enfermedades mentales; nuevos modos de plantear un tratamiento y de intervenir durante su curso; nuevos retratos del bebé, del niño, del adolescente; nuevos conceptos que no se limitan a actualizar los tradicionales. Todo esto en el marco de una redefinición de las relaciones del psicoanálisis con otras disciplinas (neurociencias, psicopedagogía, filosofía, etc.) que implica discutir su posición y sus funciones en la cultura contemporánea y liberarlo de deudas sofocantes con lo más conservador del pensamiento occidental. Como diría Nietzsche, se trataría de aligerar el psicoanálisis, de hacerlo danzar, de que una música destierre las ligaduras con esas maneras de sistematizar conocimientos –“científicos”, “filosóficos”, “psicológicos”- Propios de la metafísica, hoy vehiculizada por lo mediático, y con temible capacidad de sobrevivirse a sí misma.