En Pagar de más. Estudios sobre la problemática del cuerpo en el niño y el adolescente vemos como es posible diseminarse en una amplia gama de problemáticas clínicas unificadas relativamente aún más allá de las neurosis clásicas, tal es el recorrido de este texto psicoanalítico. Problemáticas en las que el niño y el adolescente pagan lo que retorna del mito y la historia familiar con su cuerpo y de la forma más crida, esto es, sin mayores mediaciones. La pluralidad de autores convocada no es una yuxtaposición casual: con una sola excepción, forman parte de un grupo de trabajo e investigación nucleado en torno a quienes conducen la Cátedra de Clínica de Niños y Adolescentes en la Facultad de Psicología (UBA) desde 1984.
Este libro supone varias espontaneidades. En primer lugar, su misma existencia lo convierte en testimonio. Efectivamente, con una sola excepción (la que reproduce una presentación, a instancias mías, de una colega extranjera), los que lo han escrito forman parte, en diversas funciones, de la Cátedra de Clínica de Niños y Adolescentes de la Facultad de Psicología (U.B.A.). El texto es tributario de un trabajo en común que, en algunos casos, lleva ya cinco años de experiencia docente juntos, iniciado dictando Psicopatología Infanto-Juvenil en la Universidad del Salvador, y cerca de diez compartiendo otras actividades que hacen a la práctica privada del PSA. Todo esto hace que, inevitablemente, este libro –bueno o malo- constituya un primer punto de coronamiento productivo de tantas horas de trabajo sumadas, de tantas esperanzas, de tantos entusiasmos. Yo diría que la segunda espontaneidad en juego es la que de las múltiples convergencias que pueden encontrarse. Porque, en función de nuestra posición teórica, ni Marisa Rodulfo ni yo –que cargamos con la conducción del grupo- hemos favorecido algo así como uno de esos típicos efectos de “línea” que inducen a “pensar en serie” (o reiterarse en serie). Por el contrario, nos reúne como grupo de trabajo, entre otras cosas, una toma de partido en pro del pluralismo y el estímulo a lo diferencial en una posición. De este modo, las reales remisiones de texto a texto que se encuentran no son una condición previa, ni tendrían por qué reprimir sus matices. Una tercera, acaso más inesperada, es la que me parece reconocer en la diversidad temática. (De hecho el libro se planteó como un libro de campo, sin otro requisito en cuanto a rasgo unario que lo unificase.) He aquí que se agolpa en cierta dirección: la corporeidad del niño y del adolescente, y cómo, por las vías secretas del goce, por los entresijos del mito familiar, con frecuencia de pagar con ella, entregando –más o menos literal, más o menos metafóricamente- su cuerpo al Otro. Eso mismo hizo que el título del hermoso capítulo perteneciente a Rebeca Hillert (en su concisión –sin una palabra de más, sin tributos a la retórica psicoanalítica- revelador de una frecuentación de hardboiled style), se convirtiese sin esfuerzo, y sin ningún propósito previo, en el título del libro todo. Por último, quisiera agregar que, si bien el libro incluye teorizaciones nuevas, su razón es sobre todo una “razón práctica”: intercambiar una experiencia con los lectores en la esperanza de ayudar en algo a pensar los difíciles problemas de la clínica psicoanalítica (particularmente en sus direcciones y extensiones menos tradicionales) a los estudiantes que se acercan al campo por primera vez, a los colegas jóvenes y a los que ya no lo son tanto. En la medida en que esto se logre nuestro esfuerzo se verá justificado.
El libro gira en torno a distintas modalidades de patologías severas: depresión temprana, autismo, psicosis, retrasos madurativos y trastornos del desarrollo; desplegando minuciosamente distintos momentos del trabajo terapéutico. . Se propone un eje diferenciador que concierne a la semiología del medio entre funciones de superficie y funciones de corte, investigando su compromiso en las patologías examinadas funciones