El Psicoanálisis ante la prueba de las problemáticas emergentes de la cultura informática-digital o teletecno-mediática
A Morel, el espectro, por su máquina. A los aventureros de “El túnel del tiempo”, pioneros del teleporting.
A Steve Jobs, por los objetos transicionales “I” y a Bill Gates que soñó hablar con las máquinas.
Desdoblo las afirmaciones contenidas en el título:
1- El PSA está ante una prueba, es decir, ante un examen para comprobar el buen funcionamiento, adecuación, idoneidad o su buen aprovechamiento.
1.1- Esta primera afirmación puede ser expresada en los términos precedentes o bien se puede reformular diciendo: el Psicoanálisis está en problemas, tiene que dar muestras de su aptitud para responder ciertos interrogantes que son de solución incierta.
Reto, interrogante, situación dudosa son los equivalentes de “problema” según el diccionario de la RAE.
2- La segunda afirmación dice que quienes ponen en aprietos al PSA son las problemáticas emergentes en nuestra época, del impacto de lo tele-tecno-mediático sobre la subjetividad.
Frente a muchas problemáticas, padecimientos y cuestiones de la subjetividad el PSA ha dado abundantes muestras de su fecundidad, adecuación e idoneidad. Es a la luz de nuevos problemas que debe ponerse a prueba.
En relación al calificativo emergente, hay distintas formas de considerarlo en Psicoanálisis según J. Moreno[1]:
a- emergente puede no ser una novedad radical, sino motivo reprimido, esto es, un “previamente existente que ha vencido una resistencia para manifestarse”;
b- pero además, lo emergente puede ser “algo previamente inexistente”, cuya presentación enfrenta al psiquismo con un impasse. Es lo inadmisible. “La lógica del psiquismo, las herramientas de la teoría son inconsistentes a la hora de comprenderlo. Se trata de un genuino acontecimiento, de una novedad radical: para aprehenderlo debemos vencer obstáculos, las limitaciones de lo sabido, no ya sólo resistencias”[2].
3- Por cultura digital entiendo al entorno constituido por los avances fenomenales de la tecnología informática que funciona como un nuevo régimen de escritura de la subjetividad, de la experiencia, de los cuerpos, los lazos, la sexualidad, y que es un nuevo paradigma de ciencia y de saber. “La cultura digital es la que permite crear realidades sin materialidad, realidades virtuales”.
Las realidades virtuales forman parte de un fenómeno más abarcativo que convenimos en llamar realidad mediática, por eso prefiero hablar de lo telecnomediático o digital-informático.
Evolucionamos desde los tiempos del homo faber, al sapiens sapiens y del homo videns[3] al homo virtualis. “El hombre virtual se caracteriza por construir su mundo a partir de relaciones mediatizadas, construye su mundo a partir de ordenadores o sistemas informáticos”[4].
Esta es otra virtualidad a la que está acostumbrado el PSA, que despuntó su desarrollo a partir de la realidad virtual que llama realidad psíquica y de los síntomas también virtuales de las histéricas, que no tenían correlato orgánico “real”, aunque sí significados inconscientes.
El PSA descubrió una virtualidad con espesor, el escenario donde se libraban batallas morales.
También descubrió la función constituyente de otra virtualidad: el espejo, artefacto plano pero también cargado de significaciones, deseos y mandatos dirigidos a ese sujeto.
La virtualidad digital está construida por ordenadores y los sujetos pueden interactuar con esos mundos así creados, en diversos grados y niveles de conciencia.
En la virtualidad digital el espesor propio del espacio analítico se aplana, pero no desaparece. En verdad, se complejiza.
Por ser el PSA una teoría sobre la virtualidad es que tengo esperanzas en que pase la prueba, en que pueda ayudarnos a discernir el efecto de estas otras virtualidades construidas por máquinas.
4- Puede sonar una obviedad mencionar que el PSA es tanto una teoría de la subjetividad, una psicopatología y una técnica y que en estas tres dimensiones se juegan retos o se abren interrogantes a partir de este nuevo entorno.
Nuevamente Moreno[5] nos recuerda dos principios aplicables a la evolución de los sistemas complejos. Tanto el psiquismo como el Psicoanálisis pueden ser entendidos como tales.
“El Principio de la Reina Roja dice que para que todo siga igual es necesario evolucionar. Un sistema que no evoluciona en un mundo que sí lo hace no queda quieto, retrocede y eventualmente, perece”[6]. En el mundo de Alicia, que ha atravesado el espejo[7] (esto es, ha ido más allá de la pantalla) se debe correr todo lo que se puede para permanecer en el mismo lugar, pero para ir a otro lado es necesario correr al menos al doble de la velocidad.
El PSA debe moverse al ritmo de estas mutaciones. Si se queda quieto no permanecerá igual, retrocederá.
El segundo principio, llamado “Principio Peter Generalizado”[8] dice que los sistemas en evolución tienden al límite de su competencia adaptativa. Si en un momento determinado una especie o teoría resultara muy superior a otras podría expandirse sin necesidad de modificaciones adaptativas pero inevitablemente en algún momento alcanzará el límite de su competencia (o incompetencia) ,y para evolucionar deberá seguir evolucionando.[9]
En el terreno que nos convoca, para evolucionar el PSA deberá medirse con otra especie, la neurociencia, con quien comparte casi el mismo nicho ecológico.
Algunas características de lo virtual
-Si bien sabemos que lo humano es específicamente el resultado ó el producto de la evolución de los avances técnicos primero y tecnológicos después -y su transmisión- y no sólo de la selección natural, lo que hace radicalmente novedoso a estos avances es la vertiginosidad con que ocurren, su velocidad.
Cada etapa en la innovación es contigua a la anterior y desaparecen las fases o transiciones. Más que ante cambios estamos ante mutaciones.
En lugar de pasajes estamos en momentos de ruptura de paradigmas[10].
La distancia entre las generaciones se acortan y los mundos simbólicos de sujetos que se definirían dentro de una misma generación sólo se parecen en algunos aspectos. Se dislocan posiciones otrora organizadoras de la cotidianidad y de las relaciones intersubjetivas. Pero, los cambios afectan tanto a unos como a otros.
– Otro de sus rasgos característicos es la pulverización de los opuestos: las separaciones entre lo vivo y lo muerto, lo animado y lo inanimado, lo presente y lo ausente, entre mundo real y el imaginario, o entre la realidad y la ficción, entre lo público y lo privado, entre el exhibicionismo ó el show y la intimidad, entre lo natural y lo artificial, entre lo humano y lo robótico.
Las fronteras o límites se vuelven himenoides, al punto de ser necesario crear nuevas nominaciones o categorías para dar cuenta de estos nuevos estados o fenómenos como son la exitimia, la no-presencia, el reality show, el sexting, los transgénicos, etc.
Como muestra de lo anterior: los mundos virtuales son tan reales como los de la realidad objetiva. Sobre los reales puedo actuar a una distancia tal que lo real parece ser virtual, que se pierde la noción, por ejemplo, de que se está interviniendo quirúrgicamente a un sujeto real porque toda la operación pasa por una pantalla y parece ser un simulacro o una simulación mediática. El simulacro tecnológico crea realidades virtuales y lo virtual crea realidades dentro de las cuales estamos inmersos mental y corporalmente.
Como hay un desdoblamiento simultáneo, es decir dos presencias que prescinden de la materialidad, fue necesario agregar un adjetivo “real” a sus tiempos (transmisión en tiempo real). El tiempo real es ya una versión digitalizada de un aquí y ahora analógico.
La diferencia entre lo representado y la representación se vuelve lábil.
– Finalmente menciono la virtualidad del cuerpo o la transformación de lo corpóreo en clave digital.
Hoy el cuerpo se mide por la extensión de las conexiones de red.
Hay actividades y hasta competencias deportivas sin la intervención del físico[11], los e-sports.
Hay amoríos por Internet y hasta los besos virtuales pueden ser sentidos a través de un aparato de labios de silicona (incluida la lengua) que transmiten los movimientos al otro lado de la red[12] (bautizado Kissinger, contracción de Kiss y Messenger). Besos virtuales para amantes virtuales.
Los púberes y adolescentes inventan perfiles atribuyéndose más edad, prueban identidades sexuales diversas y transmiten sus imágenes sensuales (sexting) sin exponer su cuerpo (o exponiéndolo de otras formas al cyberg-acoso o cyberg-abuso sexual). La nueva unidad narcisista para representar la complementariedad de los sexos se configura en la red.
En el bullying virtual la violencia pega más fuerte, de una manera más táctil y penetrante que el golpe analógico.
En el terreno de la medicina, el cuerpo y hasta la afectividad y el comportamiento son un conjunto de datos digitalizados. Se puede intervenir en los mismos mecanismos que rigen nuestro destino biológico, en la selección natural, mucho más radicalmente de lo que lo veníamos haciendo (con los antibióticos y las intervenciones médicas en general), ahora manipulando el código genético, alterando los límites entre la vida y la muerte (transferencia y congelamiento de embriones, fabricación de células, terapia génica, ingeniería genética, por ej.) hibridándonos con máquinas y otras especies animales.
Estamos ante las puertas de la inmortalidad según afirman sus más optimistas exponentes[13].
El sueño de Gilgamesh, el rey sumerio de Uruk que buscaba la inmortalidad, podría ser posible si nos convertimos en información (genética, emocional, histórica) plausible de ser almacenada en bits[14].
Mutaciones
Insisto: lo tele-tecno-mediático es un nuevo régimen de escritura de la subjetividad contemporánea, matriz de subjetivación con el mismo poder constituyente que en la Modernidad supo tener la familia.
Modifica nuestras formas de experimentar el espacio, el tiempo, los vínculos, las formas de pensar y la misma anatomía del cerebro y nuestras prácticas.
– Cambia radicalmente la forma en que experimentamos el tiempo y el espacio. Habitamos temporalidades y espacios paralelos, realidades que funcionan al mismo tiempo. Liberados de las limitaciones del cuerpo concreto podemos estar presentes aquí y allá en una conferencia a miles de kilómetros, en forma simultánea, a través de un holograma, o a través de la telepresencia, sin necesidad de evocar imaginativamente el ambiente.
La representación del tiempo deja de ser lineal y geométrica, es decir, analógica, para ser un contínuum fluido. Podemos transcurrir e interactuar en un huso horario y otro al mismo tiempo. La vida misma de un niño y la vida familiar se configuran bajo la primacía de este continuo.
Las rutinas diarias (comer, estudiar, dormir, mirar la tele) y la alternancia entre vida laboral y familiar o privada se elastizan ó se desorganizan, alterando las secuenciaciones propias de la vida infantil en diferentes grados y modos.
El mismo imperativo de conexión responde a la demanda de traspasar las barreras espacio-temporales. Lo laboral se disemina y los procesos de separación tradicionales de los adolescentes con sus padres se disuelven[15] ya que es posible rastrearlos a través de sus celulares y sus localizadores. De manera que los cortes y el deambular propios de esa edad se realizan a través de los mundos ocultos de las computadoras que los adultos (especialmente los inmigrantes) somos menos hábiles para penetrar. Esos espacios detrás de las pantallas no son planos, configuran las formas de no-estar en el interior del estar con los padres, formas de sustraerse a su presencia y al control y de mundos donde se prueban identificaciones y se desarrollan relaciones amistosas, odiantes, amorosas o insignificantes perdurables o efímeras, constituyentes a veces y otras desubjetivantes.
-Ya he mencionado en el apartado anterior cómo la telepresencia y la virtualidad da otro sentido del Yo, por lo cual no me extenderé nuevamente sobre este asunto en este apartado.
-A nivel cognitivo, lo teletecno-mediático propicia el pensamiento conectivo[16] y un aprendizaje basado en la velocidad y la destreza motora. Estos atributos no son bien valorados por los maestros de la era sólida.
Hay quienes suponen que este tipo de pensamiento atenta contra el asociativo, y hasta que la velocidad y la dispersión de la atención propia de la exasperación de este pensamiento por los videojuegos atenta contra la consolidación de los recuerdos explícitos que se produce en el hipocampo.
Sin embargo, Z. Bauman[17] equipara las subjetividades cognitivas actuales con misiles inteligentes. La producción de misiles inteligentes representa una evolución en los niveles de educación, una adquisición superior de competencias.
En un mundo marcado por la caducidad o el envejecimiento prematuro de los conocimientos, las subjetividades deben estar dotadas de habilidad para aprender así como de capacidad para olvidar lo que han aprendido con anterioridad. “Los misiles inteligentes, no pueden detenerse porque sus objetivos siguen desplazándose mientras están viajando, de manera que el punto de encuentro necesita ser corregido y actualizado constantemente. Aprenden sobre la marcha. No serían inteligentes si no pudiesen revocar sus opiniones sobre la marcha ó si tuviesen demasiado apego a la información”.
Nosotros, los más grandes, hemos sido educados como misiles balísticos, y entrenados en el pensamiento asociativo. “Los misiles balísticos son apropiados cuando los objetivos permanecen inmóviles ó se desplazan a una velocidad no mayor que la que los misiles pueden alcanzar, pero son inútiles si los objetivos se mueven de forma errática e impredecible y desbaratan los cálculos de la trayectoria requerida”[18].
No es cierto que el pensamiento conectivo desactive o inhabilite el asociativo, ambos funciona al mismo tiempo. No es cierto que la causa del deterioro educativo actual pueda adjudicarse al pensamiento conectivo sino más bien al desacople entre las instituciones educativas que insisten en métodos y modalidades de enseñanza anacrónicas para las nuevas capacidades cognitivas de los niños, para estos surfistas de la información.
De hecho, no es cierto que haya un retroceso en el conocimiento humano. Las capacidades de estos jóvenes son bien ponderadas en el ámbito laboral y científico y a ellos les debemos muchos de los últimos avances.
Los juegos en red crean grupo, crean un “nosotros virtual”, lazos, reglas y trucos para desbaratar las mismas reglas que imponen y transmiten de información.
De la misma manera, crean una inteligencia y conocimientos colectivos: las wiki.
Por supuesto que todo lo que funciona bien puede funcionar mal ó tener un desarrollo aberrante y patógeno
La muerte fue el precio que pagó el fugitivo venezolano del cuento de Bioy Casares cuando decidió ponerse delante de la máquina y repetir su mecanismos para reencontrase en el paraíso cíclico de los espectros que parecían reales (hologramas)[19].
Así como las pantallas, los dispositivos multimedia y las aplicaciones pueden ser lugares de encuentro, compañía y escritura entre dos o más de dos, espacios de intimidad, deseos, ocultamiento y misterios; lugares de relato e historización, ámbitos de adquisición de conocimientos y destrezas, de un análisis, patio de juegos colectivos, territorios de experimentación y deambulación, escenarios para identidades ficcionales, y también para alteridades, es decir, lugares de construcción e integración; también pueden ser lugares de disolución, de fragmentación, de despersonalización, de descomposición, de mundos privados de sentido o poblados de deseos anoréxicos o desfallecientes, de impotencia, de marginación, de indiferencia, de adicción, automatismo. Espejos para no ver nada allí, planos, mudos o neutros, desiertos, inmediatos, banales, sin acontecimientos, recuerdo ni olvido[20].
No se puede echar mano al narcisismo, a la dimensión engañosa de lo imaginario, a la impostura de la histeria, la inhibición de las fobias, al autismo, ni a la pulsión de muerte (los cuales no pierden su potencia explicativa para otros casos), para explicar estos fenómenos patológicos.
Ricardo Rodulfo[21] ha propuesto una cuarta posición en la trilogía salud- normalidad- enfermedad de Winnicott que intenta establecer las diferencias: “La banalización está ligada a la disolución que se vive en las tandas ó coros publicitarios. La banalización, opuesta al falso self, mientras aquel envuelve ésta que devora la diferencia”.
La banalidad como posición patológica es el punto máximo de aplanamiento del espacio con la pantalla y del sujeto con el personaje, de pura disolución, de pura efectividad y operatividad con la desaparición de la diferencia, de la espontaneidad y de todo pensamiento crítico. En la banalidad, la vida atrapada por el totalitarismo (de la imagen, el mercado, la conectividad feroz, etc.) pierde sentido y la muerte viene sin maldad, solapadamente, casi burocráticamente.
Las pantallas también pueden ser espacios de inflación de imágenes engañosas o surrealistas que suspenden a los sujetos en un estado de semiconsciencia, reino para las identidades confusas, autorreferenciales o pretenciosamente grandilocuentes. Se trata de sujetos presos del fantaseo, poseídos como Neo, incapaces de encontrar la pastilla azul para despertar[22]. Allí, no hay playing porque el puente con la realidad y los otros está temporalmente inhabilitado o bloqueado.
Marisa Rodulfo[23] y Ricardo Rodulfo[24] ven asimismo en el incremento de las patologías alimentarias una muestra del impacto de la tele-subjetivación. Lo tele-tecno-mediatico eleva a la categoría de Ideal un no-cuerpo. Entroniza el cuerpo espectral, filiforme, atractivo a los púberes y adolescentes, que buscan mantener la bisexualidad y deshacerse de lo corporal “[…] en ese período de la vida en el que están tan torturados por lo escópico y tan vulnerables a lo que viene vía el Otro cultural […]”.
El imperativo de conectividad, al servicio de las sociedades de control, puede hacer trastabillar la idea de separaciones alegres y no culpógenas y enmascarar los núcleos más duros de la fobia al movimiento. Su contrapartida es la nomofobia, el nuevo nombre de la fobia a la soledad (a estar aislado comunicacionalmente de la familia o del trabajo). El nombre es una abreviatura de la expresión inglesa no-mobile-phone-phobia y resultó de un estudio realizado en Gran Bretaña por la Oficina de Correos en 2011.
Por último, coincido con María Cristina Rojas cuando señala que los responsables del aumento del diagnóstico de autismo no son las computadoras sino el DSM IV y su sucedáneo[25].
Virtualidad y PSA
– A nivel de la técnica las sesiones por la computadora (skpe, teléfono, mail) o los análisis a distancia constituyen una práctica frecuente en la actualidad que atraviesa el análisis de púberes, adolescentes y adultos. Muchas de las preguntas referidas a esta modificación del “frente a frente” giran alrededor de la exclusión de los registros sensibles presentes en el encuentro corporal. Si bien interactuamos con los pacientes, son los registros visual y auditivo los que predominan, se pierde lo que en términos tradicionales se llamó comunicación no verbal, el registro de los olores, la temperatura, la tensión corporal, información del orden de lo conectivo que forma parte del entramado transferencial y contratransferencial.
La práctica tecnológica-virtual impone limitaciones, en el caso de niños pequeños, al movimiento y la posibilidad de dramatizar o jugar con ellos, reduciendo la riqueza del espacio; impide intervenciones que en esa clínica son corporales (por ej., el abrazo o la desactivación de un objeto autista o de una actuación destructiva) y no es aplicable en el caso de los pacientes graves (niños o adultos).
– A nivel del corpus teórico, la terapéutica, y la transdisciplina:
La inteligibilidad moderna se basa en la conquista de lo intangible y de lo sagrado. El cuerpo devino objeto de estudio cuando se abrió a la mirada a partir del escalpelo que cortó la piel sagrada del Medioevo para revelar los secretos antes reservados a Dios.
El cuerpo se volvió una máquina medible, cuantificable, perfectible, pero fundamentalmente visible.
En ese espacio visible la psiquiatría buscó las causas de las enfermedades en las lesiones neurológicas, vinculando los síntomas externos con el interior.
El PSA también es propio de este espacio de profundidad pero “Freud no fue un visual como Charcot. En el PSA el ojo cedió su lugar al oído… La mente se representó ante la mirada en palabras”[26].
Si el escalpelo permitió ver la anatomía del cerebro y sus lesiones, con la Tomografía computada y los escaneos cerebrales el cerebro se mostró vivo, funcionando en tiempo real, mostrando su actividad: cómo piensa, percibe, experimenta emociones y desea. Luego, entregó sus claves neuroquímicas y sus claves genéticas y pareció que el espacio entre la mente o el psiquismo (si se quiere globalizar el concepto) y el cerebro se aplanó aún más. Hoy la mente es lo que el cerebro hace.
Las disecciones de las variedades de las enfermedades mentales son cada vez más sutiles: de las 180 categorías diagnósticas del DSM II de 1968 a las 350 del DSM IV del 1994 y a las del DSM V. La mirada psiquiátrica se volvió molecular, dejó de ser molar.
Esta molecularización propia de la construcción de imágenes por pixeles y el aplanamiento de la distancia (entre la conducta y su base biológica, genética o química es la característica de la psiquiatría actual. Este es un tipo de virtualidad.
Para esta Psiquiatría biológica o científica el PSA ha sido superado por la cantidad de los hallazgos neuroquímicos y neuropatógenos relacionados con las enfermedades. Es más, consideran que el PSA, con su visión romántica de las enfermedades, es el responsable de la demora en la elucidación de sus “verdaderas causas”.
Otros neurocientíficos, menos fanáticos, abogan para que el PSA sea reconocido como una rama de la biología y aporte sus conocimientos sobre la explicación de los actos de los sujetos.
Ni una cosa ni la otra.
- Golse, fiel al modelo multifactorial psicoanalítico, patrocina la idea de un neuro -psicoanálisis[27].
Ni el PSA ha agotado su fuerza indagatoria o su potencial terapéutico ni debe ser un simple complemento de la psicofarmacología y la neurociencia.
La ciencia faústica descubre en sus fracasos y en su misma investigación lo que intenta desalojar.
La secuenciación del genoma humano en 2011 no produjo una secuencia maestra única frente a la cual fuera posible ver todas las variaciones a partir de la cual categorizar los desvíos patológicos. No hay genes únicos ni patologías unitarias. Ningún gen o marcador fenotípico neurobiológico puede dar cuenta del complejo rango de síntomas de las enfermedades mentales ni predecir el efecto o la respuesta a un tratamiento farmacológico. La misma ciencia debe aceptar susceptibilidades poligénicas en medioambientes específicos, lo múltiple y lo interrelacionado con el ambiente, incluido el humano.
Los medicamentos cada vez más específicos, la transferencia cada vez más exacta de embriones, los cada vez más perfectos transplantes e hibridaciones entre lo humano y las máquinas fallan si no se tiene en cuenta la dimensión de los deseos, las determinaciones históricas de un sujeto.
Y el PSA encuentra en los avances científicos la confirmación de muchas de sus hipótesis (por ej. la memoria procedural, la alteración en los sistemas de apego, la transferencia, las neuronas espejo, etc.[28]).
Sinergia en lugar de oposición entre las ciencias.
Supongo que el futuro de las ciencias del hombre pasará con la construcción de una transdisciplina y la potenciación de estos modelos multidimensionales de salud y enfermedad.
Lic. Fabiana Tomei
Bs. As., Primavera de 2014.
Puedes descargar el documento en este enlace
Licenciada Fabiana Tomei: psicoanalista, especialista en prevención y asistencia psicológica en niñez y adolescencia y en clínica psicoanalítica con niños y adolescentes. Docente auxiliar regular en Psicopatología Infanto-Juvenil, Facultad de Psicología (UBA) y, en la misma casa, profesora Titular de los Seminarios “Duelo y trauma”, en la carrera de Especialización en prevención y Asistencia en Infancia y Niñez, y “Práctica pericial” en posgrado.
Colabora como docente en Carreras de Especialización en la UNLP y Universidad de Comahue. También asesora a diversas instituciones oficiales.
Se destaca su actividad y pericia como perito en el esclarecimiento de abuso sexual y violencia familiar en la Provincia de Buenos Aires en particular. También la destaca una peculiar apertura a lo intertextual y multidisciplinario que se pone de manifiesto en su dedicación a las nuevas problemáticas de la subjetividad relacionadas con la revolución informática. Este perfil poco convencional en su profesión ha hecho que Ricardo Rodulfo la considere una de las colegas que más atenta y creativamente lo ha leído. Es actualmente doctoranda en la Universidad del Salvador, llevando a cabo una tesis acerca de los duelos informáticos. En la web Rodulfos.com, es docente a cargo del Seminario on-line “El diagnóstico del abuso sexual infantil sustentado desde el psicoanálisis”.
[1] Julio Moreno: Tiempo y trauma : continuidades rotas, 1º ed. , Bs. As.: Lugar editorial, 2010
[2] Julio Moreno, op cit.
[3] Según G. Sartori (Homo videns: Taurus ,1998) el homo sapiens es producto de la cultura escrita , en tanto para él homo videns es sordo y ciego a los estímulos y al saber transmitidos por la cultura escrita porque la palabra , el pensamiento abstracto , lo inteligible han sido destronados por la primacía de la imagen y lo visible.
[5] Julio Moreno: El PSA , Peter y la Reina Roja. Hoy. Conferencia inaugural de las actividades psicoanalíticas de Porto Alegre, Abril de 2008.
[6] J. Moreno, op. cit, pp 1-3.
[7] Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll es la obra que ha inspirado el título del principio de Van Valen en 1973.
[8] Según Moreno, principio introducido por L. Peter y aplicado a la evolución por Heylighen (1993, 1996 y 2008)
[9] Si una especie no encuentra competencia en un nicho y es exitosa en su medio, por un tiempo no necesita evolucionar. Se reproducirá vertiginosamente manteniéndose sus individuos iguales a sí mismos pero tendrá posteriormente restricciones porque otras especies evolucionarán tornándose más eficientes o bien, porque consumirán todos sus recursos (o sea, no tendrán con qué alimentarse).
[10] “En términos de las series estadísticas – escribió Kenneth Boulding, conocido economista y pacifista inglés- la fecha que divide la historia humana en dos partes iguales coincide con el tiempo de vida de la actual generación. El mundo presente es tan diferente del mundo en el cual he nacido como aquel lo es respecto del de Julio Cesar. Dado que una cantidad similar de eventos significativos han sucedido desde el día de mi nacimiento hasta ahora como desde el inicio de la civilización hasta el día de mi nacimiento, es necesario concluir que mi nacimiento ha sucedido aproximadamente en la mitad de la historia humana”.
[11] La última final de League of Leyends celebrada en octubre de este año en Seúl convocó 40.0000 aficionados y repartió premios por 1.250.0000 dólares.
[12] Un profesor de robótica de Singapur patentó el invento en 2012. Hooman Samani, indicó que todavía se trata de un prototipo: “Un beso incluye elementos como el sabor, la respiración y la humedad de la lengua. Si pudiéramos recrear todo ello creo que sería un instrumento realmente poderoso”. La escena de la película “Demolition Man”, donde Sylvester Stallone y Sandra Bullock tienen una frustrada “relación sexual virtual” a través de simuladores parece estar cercana.
[13] Paula Sibilia en El Hombre post-orgánico, Bs As., FCE, afirma que estamos entrando en una era de evolución post-humana que supera en velocidad y eficiencia a la evolución natural (que es lenta).
[14] La película Transcendence, estrenada en abril de 2014, dirigida por Wally Pfister e interpretada por Johnny Deep, es una versión moderna de ese mito. Veáse asimismo la vertiginosidad de las transformaciones imaginarias: en esta película es posible crear una singularidad tecnológica, ya no un sistema operativo informático hecho con la suma del ADN de sus programadores como sistema globalizado y ajustable a las necesidades del consumidor, como en Her, la película de Spike Jonze estrenada en 2013.
[15] Marisa Rodulfo, Teóricos dictados en la asignatura Psicopatología Infanto- Juvenil, Ftd de Psicología UBA, 2014.
[16] Según J. Moreno (Ser humano, Bs As., Libros del Zorzal, 2002), “la conexión – asociación son dos formas diversas- regidas por lógicas heterogéneas, filtros a través de las cuales los humanos nos relacionamos con el medio que habitamos. El mecanismo de la conexión se nos hace evidente por la preponderancia de los fenómenos ligados a la realidad virtual (RV)… Uno de los caracteres distintivos de la RV es que las imágenes no se asocian como lo hacen las representaciones ni producen asociaciones… En la lógica conectiva un elemento se podría conectar con otro sin articularse con representaciones propias del psiquismo. La conexión se desplaza a través de automatismos, por redes exteriores al sujeto… está asociada a la existencia de realidades múltiples. (…) La lógica de la asociación impone a los elementos con los que opera la condición de tener un sentido explícito, implícito o supuesto, consciente y/o inconsciente. El olvido es propio de la lógica asociativa y no existe en la conexión. En el terreno de la conexión rige el deleteo (borrar sin dejar rastros)”. El pensamiento aristotélico, propio de la modernidad sólida fortaleció las operaciones asociativas en detrimento de la lógica conectiva. El PSA se rige por el pensamiento asociativo y reserva el conectivo para lo traumático.
[17] Zygmunt Bauman: Sobre la educación en un mundo líquido, 1º ed. Bs As. : Paidos, 2013 ( pp 23-31).
[18] Según Baricco: “Para esta generación una idea no es un objeto, es una trayectoria, compuesta por materiales distintos. Hay una descomposición de la idea de sentido que implica lo sólido, la permanencia […] La idea de que entender y saber signifique penetrar a fondo lo que estudiamos para alcanzar su esencia, es una idea que está muriendo: la sustituye la instintiva convicción de que la esencia de las cosas no es un punto sino una trayectoria, de que no está escondida en el fondo sino dispersa… En un paisaje semejante el gesto de conocer debe ser algo parecido a surcar rápidamente por lo inteligible humano, reconstruyendo las trayectoria, lo que se llama surfing (1993). Buscar viene de círculo, del que da vueltas con la cabeza gacha mirando una porción del suelo porque ha perdido algo y quiere encontrarlo…”.
[19] Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel, 10 ma ed. Bs. As.: Pocket, 2009.
Una curiosidad: “Bioy fue el protagonista de un hecho doblemente inédito. Fue el primer escritor argentino en ser entrevistado por internautas en la Web, algo que además se hacía por primera vez en el país”. El día que Bioy fue virtual, se lee en Revista Ñ Nro. 570, del 30/8/2014.
[20] El espejo de cristal es el antepasado no extinguido de las pantallas de los ordenadores. A lo largo de la historia el espejo fue espacio de lo sobrenatural tanto como de lo banal, de la puesta en escena y la vanidad como de la decadencia, de la identidad y del extraño, de la existencia del doble agazapado y de los demonios, del mundo de la imaginación y de la imitación, del engaño y de la verdad. El espejo crea una nueva geografía corporal desconocida hasta allí como la espalda y el perfil, permite observar el rostro y objetivarse separando fuera de dentro. El espejo no refleja, crea. La pantalla aumenta exponencialmente su potencia transformadora para bien o para mal.
[21]Ricardo Rodulfo: Andamios del PSA: Letra viva y letra muerta en las teorías psicoanalíticas. Bs As. : Paidos, 2013
[22] El personaje de The Matrix , película de ciencia ficción escrita y dirigida por los hermanos Wachowski en 1999.
[23] . Marisa Rodulfo : Dietantes y anoréxicas , en Adolescencias. Trayectorias turbulentas, C. Rother Hornstein compiladora. Bs As.: Paidos, 2006; y Esqueletos a la moda
[24] R. Rodulfo: El PSA de nuevo, Bs. As: Eudeba, 2004
[25] M. C. Rojas: Subjetividades y vínculos en la era digital en Actualidad Psicológica AÑO XXXIV, Nro. 434, Octubre , 2014.
[26] Nikolas Rose: Políticas de vida: Biomedicina, poder y subjetividad en el siglo XXI, 1ª. Ed. , La Plata: UNIPE: Editorial Universitaria, 2012.
[27] B. Golse: “Sobre lo que no podemos ceder”, Controversias en PSA de Niños y Adolescentes, Dossier 2013 y B. Golse y S. Eliez: “Sobre el autismo y los trastornos invasores del desarrollo. Del proceso autistizante al autismo de scanner”.
[28] Carlos Gorlero: El debate PSA- neurociencias en El cuerpo: lenguajes y silencios, Leticia Gloser Fiorino (compiladora), 2008, Bs As.: Lugar Editorial, APA editorial.